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La escucha activa como herramienta contra la violencia de género en línea

Por Cultivando Género

El texto original lo puedes encontrar en La escucha activa como herramienta contra la violencia de género en línea

En el 2015 el Módulo de Ciberacoso (MOCIBA), encuesta realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) de México reveló que el 32% de la población conectada de 12 años y más en Aguascalientes había atravesado ciberacosos. Lo que posicionó al Estado con una de las incidencias más alta de este tipo de violencia a nivel nacional. Seis años después en los resultados de MOCIBA 2021, Aguascalientes reduce el porcentaje y reporta que el 22.2% de la población ha pasado por una situación de violencia digital.

En 2020, en Cultivando Género comenzamos el proyecto acompañamiento y atención integral a la violencia digital en Aguascalientes, México, con apoyo de Indela. El proyecto fue resultado de escuchar e identificar las necesidades de cada sector lo que  significó un proceso de aprendizaje en el que teníamos que mantenernos actualizadas porque en los salones de clases, las y los adolescentes  preguntan  sobre diversidad de temas y  esperan una respuesta. Pero también comprendimos que se vale  decir “no sé”, y asumir que se trata de un intercambio de saberes, en el que elles pueden explicarnos sobre sus experiencias en juegos o plataformas que quizá inicialmente no teníamos en el radar como plataformas en las que también está presente la violencia digital. Por lo que la escucha activa ha sido nuestra gran herramienta para el desarrollo de este proyecto, a través del cual se siguen abriendo nuevos horizontes.

En más de una ocasión se nos apachurró el corazón cuando nos contaban que no creían que existiera el derecho al acceso a Internet. Porque hay haters, personas que molestan, insultan, doxxean, o hay quien se hace pasar por alguien de 12 años, cuando en realidad es un señor “grande” (momento en el que hubo que hablar acerca del grooming).

Escuchamos sus historias, la vecina de un compañero que le habían pedido el pack (conjunto de fotos o vídeos), la prima de un amigo que corrieron de la escuela porque la “quemaron” (exponer fotos o vídeos íntimos sin su consentimiento para dañar su reputación), quien se cambió de grupo porque le hicieron stickers o memes, de quien compartió las nudes (sin autorización) en el grupo de WhatsApp.

Caminamos de la mano de las y los adolescentes, en el recorrido incluimos a las mamás, papás, docentes e instituciones pues en las medidas de prevención y atención en un contexto escolar todas las figuras de autoridad son estratégicas para garantizar la protección de la integridad física y emocional de las infancias  y adolescencias , considerando que cada una de estás figuras requiere información y el desarrollo de habilidades específicas para brindar acompañamiento. 

La violencia digital, es un problema sistémico, por lo que requiere que todas las y los actores actúen de manera coordinada con un lenguaje  común comprendiendo las causas y condiciones que originan la violencia digital.  La participación de estas figuras nos ha permitido iniciar un proceso de diálogo desde un enfoque de derechos y  perspectiva de género.Poniendo como eje de aprendizaje casos de violencia digital, que pusieron de relieve algunos factores que son estratégicos y emergentes de atender como: la brecha de alfabetización digital, el  acceso a la tecnología e Internet, los estereotipos de género, el adultocentrismo y autoritarismo como actitudes que les alejan a las personas adultas de comprender la importancia de su rol en la prevención y atención de la violencia digital. 

Después de varios meses hicimos una pausa para observar lo que habíamos desarrollado e implementado, y los nuevos hallazgos que nos ha dejado esta etapa, para emprender  nuevas líneas de incidencia. Por ejemplo, los estereotipos de género se incrementan y se acentúan en las narrativas de las y los adolescentes conforme avanzan en los grados escolares, y desde estos mandatos limitan  sus recursos para afrontar los problemas y/o pedir ayuda lo que puede llegar a tener un fuerte impacto en su integridad física y emocional.

Los encuentros en las aulas nos permitieron ver que las  y los adolescentes identifican la importancia de  tener contraseñas seguras y características deben tener, que no deben abrir contenido de dudosa procedencia, pero persiste  la actitud de subestimar el impacto de que estas acciones tienen en sus vidas fuera de lo digital, pues en muchas ocasiones el sentido de pertenencia pesa más , el quedar bien con sus amigas y amigos, e ir con la moda, a costa de protegerse y de su seguridad, debido entre otros factores a la falta de desarrollo de habilidades socioemocionales que les permitiría ejercer su toma de decisiones con mayor autonomía. 

La incidencia y trabajo cercano con las instituciones públicas ha sido muy importante, porque nos ha permitido identificar la falta de protocolos, mecanismos y herramientas técnicas y operativas para la ejecución del marco jurídico en torno a la violencia digital, aspecto que también debe ser atendido para brindar información y un acompañamiento en un marco de derechos.

Visibilizar las características y la calidad del acceso a las tecnologías de la información como un derecho de las y los adolescentes, nos permite acercarnos a un problema estructural en materia de acceso a la información, comunicación, banda ancha, ya que cuando estas condiciones no son atendidas el acceso y uso de la Internet profundiza las desigualdades ya existentes.

Durante los dos años de este proyecto, buscamos sensibilizar a la población tanto en espacios públicos como en plataformas de comunicación, mediante una campaña de comunicación a través de  intervenciones offline como un mural en la vía pública, reparto de stickers en escuelas, hasta en lo digital inundando las redes sociales con la campaña #FrenaElHate. Capacitamos en Aguascalientes a decenas de personas del servicio público de distintas áreas, instituciones y perfiles. Dialogamos con mamás, papás, y docentes, visitamos muchas escuelas, escuchamos a las y los adolescentes. Posicionamos el tema, asistiendo a foros, paneles, conversatorios, podcasts… Todo lo que aprendimos, lo reunimos en cuatro increíbles guías que ¡ponemos a tu disposición!

Reconocemos y agradecemos la confianza y el comprometido esfuerzo de docentes, psicólogas, trabajadoras sociales, y autoridades de distintas dependencias públicas que nos permitieron trabajar en sus espacios educativos y oficinas gubernamentales y que hoy utilizan las Guías y recomendaciones que hemos desarrollado como parte de actuación que busca transformar los espacios educativos como ámbitos de convivencia seguros.  Gracias por confiar en nuestro trabajo y abrirnos las puertas de su comunidad para continuar llegando a muchas más escuelas.

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